Turquia ¿Echarán por tierra los gobiernos europeos la presa de Ilisu?
Miércoles 10/08/2008
Debido al incumplimiento por parte de las autoridades turcas de las normas medioambientales, los gobiernos de Alemania, Austria y Suiza han comenzado a retirar el apoyo económico destinado al proyecto Ilisu en Turquía. Los grupos europeos en contra del proyecto han conseguido su objetivo inicial. Alemania ha abogado claramente por suspender el proyecto mientras que los gobiernos de Austria y Suiza aún no se han posicionado claramente al respecto. El destino del proyecto se decidirá en los próximos dos meses.
Si se lleva a cabo la construcción de la presa de Ilisu en el río Tigris, más de 50.000 personas serán desplazadas de la ciudad de Hasankeyf, una ciudad con más de 10.000 años de antigüedad. Por no hablar de los incalculables daños que afectarán al medioambiente. Ante la oposición tanto de las personas afectadas así como de varias ONG, los gobiernos de Austria, Alemania y Suiza decidieron en marzo de 2007 que sólo aprobarían créditos para este proyecto bajo el cumplimiento de 153 condiciones.
Como ya comenté anteriormente en este blog, el grupo de expertos independientes que están estudiando el caso han declarado que Turquía aún no cumple estas condiciones. Los resultados de las últimas investigaciones concluyen que el proyecto “entraña serios riesgos de empobrecimiento, pobreza extrema y desorganización social para la población de la reserva". Los investigadores no dejaron dudas acerca del incumplimiento de las normas por parte de Turquía que "de hecho se aleja de los acuerdos legales con las Agencias de Créditos para la Exportación”.
En una reunión con los grupos opositores, el subsecretario de estado alemán anunció que los gobiernos de Austria, Suiza y Alemania han notificado oficialmente, mediante un mensaje enviado al gobierno en Ankara, que Turquía está incumpliendo las normas medioambientales. De acuerdo con la normativa sobre los créditos, Turquía tiene 60 días para cumplir con todas las condiciones que ya se debían haber cumplido hace 18 meses.
En una reunión a la que asistió en Berlín, el alcalde de la ciudad de Hasankeyf comunicó su satisfacción ante la noticia. “La retirada del apoyo por parte de los gobiernos europeos son buenas noticias para los ciudadanos de Hasankeyf y refuerza nuestra motivación para oponernos al proyecto. Esta decisión nos ofrece la posibilidad de salvar nuestra tierra, su naturaleza y su milenaria herencia cultural", comentó Abdulyahap Kusen.
El ministerio para el desarrollo económico y la cooperación alemán fue el puntal básico en la toma de esta decisión de no tolerar una farsa social y medioambiental como lo es el proyecto Ilisu. Un representante del ministerio habló hoy sobre la notificación enviada aludiendo a esta como a "la última oportunidad que le damos" e insistió en que "se nos está agotando la paciencia". Por otro lado, la agencia de créditos para la exportación austríaca OeKB no ha querido referirse tan tajantemente a esta decisión como al "principio del fin" y sólo ha remarcado que "se necesita mejorar mucho" en este proyecto. Por su parte, la agencia suiza SERV concluía que el plazo de 60 días puede ampliarse si Turquía pone de su parte para mejorar las condiciones.
Aunque el proyecto no se ha detenido por completo, este es un paso sin precedentes, que se ha conseguido gracias a la colaboración e integridad política de la ministra de desarrollo alemana Heidermarie Wieczorek-Zeul y a su equipo, así como a la objetividad de los expertos que estudian el caso, y sobre todo a la tenacidad de las personas afectadas en la zona de Hasankeyf y a los activistas europeos que se han opuesto al proyecto desde el principio: el austríaco Ulrich Eichelman, quien se opuso al proyecto con determinación y creatividad; el alemán Heike Drillisch quien coordinó la campaña aún con unos escasos presupuestos; la suiza Christine Eberlein quien gestionó las más de 37.000 protestas enviadas al gobierno de Suiza; y muchas otras personas.
Mientras los gobiernos europeos, sobre todo desde Berna y Viena, siguen sin tomar una decisión firme, los activistas en Turquía, Austria, Alemania y Suiza no cesan en su empeño de oponerse al proyecto e intensificarán sus protestas en los próximos dos meses para prevenir un posible acuerdo de última hora que pueda afectar a la población de Hasankeyf. Nosotros estaremos al tanto de todo lo relacionado con el proyecto a través de nuestros contactos en Berkeley.
Peter Bosshard es el responsable político de la International Rivers.